Amor Infinito (parte II)

Rápidamente, Ramiro le dijo:

—No me respondas ahora. Tomate tu tiempo para pensar, no quiero que te sientas presionada. Yo estoy acá. Cuando lo decidas, me avisas.

Eva sonrió y lo abrazó. Se sentía mal por utilizar el tiempo que él le estaba ofreciendo, pero lo necesitaba.

Tomados de la mano, regresaron caminando a la casa, entre los viñedos que ya estaban listos para la cosecha. Una vez allí, fueron a darse una ducha para ir frescos a almorzar. Cuando Eva estuvo lista, Ramiro no estaba en la habitación. Tampoco lo encontró en el comedor. Sin embargo, escuchó voces en la cocina. Se dirigió hacia allí, pero antes de entrar no pudo evitar escuchar la siguiente conversación:

—Ay niño Ramiro—le decía Anastasia—así que esta chica era la causa de todas sus sonrisas y sus salidas frecuentes a la ciudad.

—Sí Ana, es ella. Eva me hace feliz con solo mirarla. Le propuse casamiento, pero le dije que me conteste luego de pensarlo bien. Ya sabés, tendría que venir a vivir a la hacienda y hacer muchos cambios en su vida si dice que sí, y…

—Tranquilo niño—le dijo Anastasia tomándole la mano—, usted ya hizo su parte, ahora Dios, que se encargó de ponerla en su camino para devolverle la felicidad, va a tocar el corazón de Eva para que se dé cuenta de que lo más importante en esta vida es el amor. Y que no hay que pensar en lo que se deja, ni en lo que está por comenzar, tenemos que tener en cuenta solo lo que sentimos y queremos ahora.

Eva supo que esa era la respuesta. Lo más importante en la vida es el amor y pensar en lo que sentimos y queremos ahora. Tal vez, le costara adaptarse a la vida en la hacienda; quizás, ese amor no durara para siempre, pero ¿no habían sido los mejores meses de su vida los que pasó junto a Ramiro? ¿No había vuelto la felicidad a la vida de Ramiro después de la trágica muerte de sus padres y su hermano desde que caminaban juntos por la vida?

Dos personas, de dos mundos completamente diferentes, se encontraron un día y no pudieron separarse más. Sus vidas habían estado apagadas hasta que la fusión de sus corazones hizo la luz para ellos. No se necesitaban más señales, ni pruebas, ni más amor porque no existía más.

 

—Anastasia, me encantaron las galletitas que hiciste hoy para el desayuno! Me voy porque los chicos me esperan y si pierdo un minuto más no podré desviarme a darle un abrazo a mi esposo antes de irme—sonrió y a toda velocidad, corrió a buscar su bolso, le dio un beso y un abrazo a Anastasia y a las chicas que estaban con ellas en la cocina y salió.

—Niña Eva!—le gritó Anastasia sonriendo—. Cuídese por favor!

Eva no estaba sola. Durante los primeros días en su nuevo hogar, se dio cuenta de que los chicos estaban mucho tiempo solos, les costaba sentarse a hacer las tareas de la escuela, a veces llegaban tarde porque tenían que ir solos y cuando no tenían ganas, como sus papás estaban trabajando, no iban, además, estaban un poco flojos en las materias. Entonces, empezó a dedicarles a ellos su tiempo. Los llevaba y buscaba de la escuela, los ayudaba con las tareas, jugaba con ellos, trata de ayudarlos si tenían algún problema, o cualquier cosa que necesitaran.

Eva se convirtió en una aliada para los chicos. Se encariñó mucho con ellos desde su llegada, y los niñitos con ella. Los padres estaban agradecidos y aliviados porque sus hijos estaban en buenas manos durante la mayor parte del tiempo que ellos estaban fuera de su casa. Y Ramiro estaba feliz de que ella también lo sea y de que haya encontrado su lugar en la hacienda, junto a él.

Anastasia no se cansaba de decirle a Eva: “Niña, usted trajo vida y amor a esta casa, a todos, pero especialmente a los niños. Y entre ellos, el más favorecido es el niño Ramiro.”

—Yo solo devuelvo la vida y el amor que ustedes me dan—respondía Eva sonriente, sabiendo que ella también había vuelto a vivir desde que conoció a Ramiro.

 

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4 thoughts on “Amor Infinito (parte II)

  1. Anthony Mauriola says:

    Hay algo que intriga y es que debe haber algo mas en la decisión de Eva de dejarlo todo por amor. Si ella supo que Ramiro no podría dejarlo todo por amor al ver de donde venia, porque el si pudo pensar que Eva si lo iba a dejar todo atrás. ¡No quería ser medico? no tenia metas propias? Me decepcionaría mucho si es como Bella en Crepúsculo, que no tenia metas ni aspiraciones propias. saludos. Sigue escribiendo. 😉

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    • tainabt0513 says:

      Eva no quería ser médica. Ella ya tenía su profesión, que no está puesta en el texto, pero sí pensada en mi cabeza :P. Es más, toda su vida estaba armada y su carrera era el pilar más importante para ella. Lo que quiere contar esta pequeña historia, justamente es eso, cómo nuestra vida puede cambiar de un momento a otro, sin que lo tengamos planeado, sin que siquiera imaginemos que algo así puede ocurrir. Y cómo, aunque patezca novelezco, el amor puede ser el principal motor de ese cambio. Muchas gracias por tu comentario!! Te mando un beso grande! 🙂

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